Un ataque cibernético puede tener un impacto devastador en una empresa, provocando pérdidas financieras, interrupción de operaciones, daño a la reputación, consecuencias legales y regulatorias, y la pérdida de datos sensibles. Estos ataques pueden paralizar la productividad, dañar la confianza de clientes y socios, y generar altos costos de recuperación, además de multas por incumplimiento de normativas de privacidad.
Impacto por áreas
- Financiero:
- Pérdidas directas: Costos de recuperación, pago de rescates (en casos de ransomware), y pérdida de ingresos debido a la interrupción de servicios.
- Pérdidas indirectas: Daño a la reputación, pérdida de clientes y competitividad a largo plazo.
- Operativo:
- Interrupción de actividades: Los sistemas pueden volverse inutilizables debido a malware o ataques que bloquean servidores, causando una pausa total en la productividad.
- Incapacidad de operar: Ataques como la denegación de servicio (DoS) sobrecargan los servidores, haciendo que los servicios online sean inaccesibles.
- Reputacional:
- Pérdida de confianza: La filtración de datos sensibles daña la confianza de clientes, empleados y socios.
- Daño a la marca: La publicidad negativa puede ser irreparable, afectando la percepción pública de la empresa.
- Legal y Regulatorio:
- Sanciones: El incumplimiento de normativas de protección de datos puede generar sanciones y multas considerables.
- Reclamaciones: Los clientes afectados por una filtración pueden presentar reclamaciones de terceros.
- Datos:
- Pérdida de información: Se puede sufrir el robo, alteración o eliminación de datos confidenciales y estratégicos.
- Mayor riesgo: La información robada puede ser usada para planear ataques más sofisticados en el futuro.