El hacking ético es la práctica de usar técnicas de hacking para probar la seguridad de un sistema o red con el objetivo de descubrir y corregir vulnerabilidades, siempre con el permiso explícito del propietario. A diferencia de los ciberdelincuentes, los hackers éticos operan de forma legal para fortalecer la seguridad de la organización y prevenir ataques maliciosos.
- Objetivo: Identificar y corregir vulnerabilidades de seguridad antes de que sean explotadas por atacantes con malas intenciones.
- Autorización: Se lleva a cabo con el consentimiento y permiso explícito del dueño del sistema, lo que lo hace legal.
- Metodología: Utiliza técnicas similares a las de los ciberdelincuentes, como las pruebas de penetración, para encontrar debilidades.
- Beneficio: Ayuda a las empresas a mejorar su ciberseguridad y proteger sus datos y sistemas contra amenazas cibernéticas.